jueves, 14 de febrero de 2013

La expresión de su rostro

C.S.Lewis. Más allá del Planeta Silencioso 

Los guardias se plegaron hacia los costados. El rostro de Weston, generalmente pálido, había ahora tornado el color de un tomate maduro por la influencia del agua fría, y sus cabellos, que, naturalmente, no habían sido cortados desde su llegada a Malacandra, estaban aplastados contra su frente y todavía le chorreaba abundante agua sobre la nariz y las orejas. La expresión de su rostro, que lamentablemente no podía ser apreciada por una audiencia que desconocía la fisonomía humana, era la de un hombre valeroso sufriendo por una gran causa, y casi ansioso por arrostrar lo peor y hasta por provocarlo.

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