C.S.Lewis. Más allá del Planeta Silencioso
Si me guiasen solamente consideraciones literarias, en este punto llegaría al
final de mi narración, pero es hora de quitarse la máscara y enterar al lector
del propósito verdadero y práctico de este libro. Al mismo tiempo, se sabrá
cómo se tornó posible el escribirlo.
El Dr. Ransom, cuyo verdadero nombre no es ése, como ya resultará obvio
aclarar, abandonó pronto la idea de escribir su diccionario malacándrico así
como de comunicar su historia al mundo. Estuvo enfermo durante varias
semanas y, cuando mejoró, empezó a abrigar dudas sobre lo que recordaba.
Le parecía una ilusión provocada por su enfermedad y la mayoría de sus
aparentes aventuras entendió que podrían explicarse psicoanalíticamente.
Sin embargo, no aceptó esta teoría de inmediato, ya que mucho antes había
observado que muchas cosas ―verdaderas‖ en la fauna y la flora de nuestro
mundo podrían ser explicadas por el mismo método si uno partía de la suposición
de que eran imaginarias. Pero lo que pensó fue que, si él mismo
dudaba de su propia historia, el resto del mundo no la creería jamás. Decidió
no decir palabra, y allí hubiera terminado el asunto a no ser por una curiosa
coincidencia.
Aquí es donde entro yo en la historia.
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