C.S.Lewis. Más allá del Planeta Silencioso
Una hora después del
mediodía, Ransom echó una última y prolongada mirada a las aguas azules,
a los bosques purpúreos y a las lejanas paredes verdes del jandramit y siguió a los otros dos cuando entraron por la escotilla. Antes de cerrarla, Weston les advirtió que debían realizar el menor número de movimientos posibles para economizar aire, y que hasta el conversar estaba prohibido.
— Yo hablaré solamente en momentos de emergencia — les previno.
— Y nosotros muy agradecidos — fue el ácido comentario de Devine, tras
lo cual, se encerraron en la nave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario